¿Sabemos
cuáles son las causas de la metástasis en
los huesos?
¿Cómo
se propagan las células cancerosas?
La
metástasis es el resultado final de un proceso
de múltiples etapas mediante el cual las células
cancerosas se desplazan, a través de la sangre
y/o los vasos linfáticos, desde el órgano
en el que se desarrollan hasta otras partes del cuerpo.
Las
células normales que forman órganos tales
como los pulmones y el hígado son mantenidas en
su sitio por una sustancia llamada matriz extracelular,
del mismo modo que el cemento (argamasa) mantiene unidos
los ladrillos para formar las paredes de los edificios.
Las moléculas de adhesión celular son sustancias
existentes en las superficies externas de las células
que ayudan a las mismas a mantenerse unidas a la matriz
extracelular. La mayoría de las células
normales de nuestro cuerpo tienden a mantenerse en su
sitio, salvo las células sanguíneas. (Una
vez que las células sanguíneas abandonan
la médula ósea, entran a la circulación
sanguínea o linfática, y se mueven libremente
dentro de estos dos sistemas. En respuesta a una infección
o lesión, los glóbulos blancos pueden penetrar
a los tejidos donde desempeñan sus funciones relacionadas
con los mecanismos de defensa del cuerpo). Las células
anormales que forman tumores benignos (no cancerosos),
tales como los leiomiomas (fibromas) del útero,
los pólipos adenomatosos del colon y los fibroadenomas
del seno, también son mantenidas en su sitio por
la matriz extracelular, y no pueden extenderse a partes
distantes del cuerpo.
Para
que un cáncer haga metástasis, las células
deben desprenderse de la matriz extracelular. Las células
cancerosas pueden hacerlo produciendo enzimas que descomponen
la matriz extracelular, y/o cambiando las cantidades de
moléculas de adhesión celular en sus superficies.
No obstante, desprenderse de un tumor es sólo el
primero de numerosos pasos que una célula cancerosa
debe dar antes de formar una metástasis. Las células
cancerosas deben experimentar cambios que les permitan
atravesar las paredes de los vasos sanguíneos o
los vasos linfáticos. La mayoría de las
células tumorales que entran a la circulación
sanguínea o linfática son destruidas por
el sistema inmunológico. Solamente sobrevivirán
aquellas células cancerosas que han experimentado
cambios que las hacen resistentes al sistema inmunológico.
Aun
entonces, las células deberán ser capaces
de hacer ciertas cosas que no hacen las células
normales. Deben ser capaces de atravesar nuevamente las
paredes de los vasos sanguíneos y linfáticos
(esta vez de adentro hacia afuera), así como de
sobrevivir y crecer en un nuevo medio diferente al del
órgano en el que se desarrolló el cáncer.
Un factor clave en el crecimiento en un nuevo medio es
la capacidad para formar nuevos vasos sanguíneos
que transporten los nutrientes y el oxígeno al
tumor en desarrollo. Este proceso se llama angiogénesis.
Además de su importancia para que las metástasis
puedan sobrevivir y desarrollarse, la angiogénesis
desempeña una función importante en el crecimiento
del cáncer primario. Recientemente, el descubrimiento
de medicamentos que pueden interrumpir la formación
de vasos sanguíneos (medicamentos antiangiogénicos)
ha recibido gran atención en las revistas de investigación
y los medios populares de comunicación. Muchos
investigadores se muestran muy optimistas acerca del potencial
de estos medicamentos para tratar con éxito una
amplia variedad de tumores cancerosos.
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