¿Por
qué algunos tumores cancerosos se extienden a los
huesos?
El
órgano en el que es probable que un cáncer
haga metástasis depende del tipo exacto de tumor,
así como del lugar preciso del cuerpo en que se
desarrolló originalmente la enfermedad. En las
superficies de algunas células cancerosas pueden
existir determinadas sustancias que interactúan
con las superficies de las células óseas,
haciendo que dichas células se adhieran entre sí.
En otros casos, las células óseas liberan
elementos similares a hormonas que aceleran el crecimiento
de las células cancerosas. Recientes descubrimientos
acerca de estas interacciones entre las células
cancerosas y las células óseas normales
están ayudando a los investigadores a desarrollar
nuevas formas para tratar, o incluso prevenir, las metástasis
en los huesos.
¿Cómo
se diagnostica la metástasis en los huesos?
Los
síntomas, el examen físico, los estudios
radiológicos y las pruebas de sangre del paciente
pueden sugerir la presencia de metástasis en los
huesos. No obstante, en la mayoría de los casos,
esta sospecha debe ser confirmada mediante el examen microscópico
de una muestra de tejido o de células. Otras enfermedades,
tales como las infecciones óseas, pueden causar
síntomas y resultados en los estudios radiológicos
que podrían confundirse con metástasis en
los huesos. Los pacientes que padecen de un tipo de cáncer
pueden desarrollar un cáncer primario de los huesos
en fecha posterior, y el tratamiento de una metástasis
en los huesos y de un nuevo cáncer primario de
los huesos difieren en gran medida. Un diagnóstico
de metástasis en los huesos influye tanto en el
pronóstico y las opciones de tratamiento, que es
importante excluir totalmente otras posibilidades, tales
como una infección ósea, un tumor benigno
de los huesos o un cáncer primario de los huesos.
En la mayoría de los casos, se considera necesaria
una biopsia para diagnosticar la primera metástasis
en los huesos de un paciente, pero, por lo general, las
demás metástasis en los huesos pueden diagnosticarse
mediante radiografías y otros estudios radiológicos.
Una
vez diagnosticado el cáncer primario del paciente,
los médicos recomiendan una serie de pruebas adicionales
para determinar la etapa en que se encuentra (hasta dónde
se ha extendido). Dependiendo de las características
específicas del tumor primario (tales como el tamaño
y tipo exacto), los médicos calculan el riesgo
de metástasis, y pueden recomendar ciertas pruebas
de detección. No obstante, en algunos casos, lo
único que hace falta es repetir a intervalos regulares
el examen físico para la historia clínica
(entrevista con respecto a los síntomas). Algunos
pacientes tienen metástasis demasiado pequeñas
para poder ser detectadas por los estudios radiológicos,
las pruebas de sangre y los exámenes físicos.
Si los médicos tienen algún motivo para
sospechar la presencia de metástasis (por ejemplo,
el paciente padece de un tipo de cáncer que suele
extenderse considerablemente), puede hacerse una biopsia,
aunque los resultados de dichas pruebas sean negativos.
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