¿Cómo
se trata la metástasis en los huesos?
Las
opciones de tratamiento para personas con metástasis
en los huesos dependerán de la ubicación
del cáncer primario (el lugar donde se desarrolló),
de los huesos a los que se ha extendido, y de si hay algún
hueso seriamente debilitado o fracturado. También
se considerarán otros factores, tales como las
características específicas de las células
cancerosas (en el caso del cáncer del seno, si
éstas contienen receptores de estrógeno),
el estado de salud general del paciente y los tratamientos
que éste ya ha recibido.
Las
metástasis en los huesos pueden tratarse mediante
terapias sistémicas y/o terapias locales. Las terapias
sistémicas, tales como la quimioterapia o la terapia
hormonal, se administran por la boca o se inyectan, pasando
a la sangre, por lo que pueden llegar a las células
cancerosas que se han extendido por todo el cuerpo. La
mayoría de las personas con cáncer metastásico
reciben una o más terapias sistémicas. Las
terapias locales, tales como la terapia de radiación
y la cirugía, pueden destruir o eliminar los tumores
cancerosos de una parte del cuerpo. Para aquellas personas
cuyo cáncer no ha hecho metástasis, las
terapias locales pueden ser el único tratamiento
necesario. No obstante, incluso si se ha producido una
metástasis, las terapias locales pueden ser útiles
para tratar aquellos tejidos afectados por el cáncer
que están causando complicaciones particularmente
serias o síntomas graves.
La
segunda parte de esta sección contiene información
que se concentra específicamente en el tratamiento
de las metástasis en los huesos.
Terapia
sistémica del cáncer metastásico:
Quimioterapia:
La quimioterapia emplea medicamentos contra el cáncer
que suelen inyectarse en una vena o administrarse por
la boca.
Estos
medicamentos pasan a la sangre, y pueden llegar al cáncer
que ha hecho metástasis (se ha extendido). La quimioterapia
se utiliza como terapia primaria (principal) con la intención
de curar algunos tumores cancerosos metastásicos,
tales como los linfomas y los tumores de células
germinativas de los ovarios, los testículos o la
placenta. Algunos tipos de cáncer propios de los
niños, tales como el tumor de Wilms y el osteosarcoma,
a menudo pueden curarse mediante una combinación
de quimioterapia y otros tratamientos.
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