Tratamiento
con yodo radiactivo:
La
glándula tiroides absorbe casi todo el yodo presente
en la sangre. El yodo radiactivo puede destruir a la glándula
(y al cáncer que capta yodo) sin afectar al resto
del cuerpo. Este tratamiento se utiliza para destruir
cualquier tejido tiroideo que no haya sido eliminado con
la cirugía y para tratar el cáncer que se
ha propagado a los ganglios linfáticos y a otras
partes del organismo. Los estudios demostraron que el
tratamiento con yodo radiactivo mejora el índice
de supervivencia de los pacientes con cáncer tiroideo
diferenciado que se ha extendido al cuello o a otras partes
del cuerpo y actualmente este tratamiento es la práctica
habitual en tales casos. Sin embargo, los beneficios del
yodo radiactivo no son tan evidentes para pacientes con
cánceres tiroideos pequeños que no se han
propagado. El yodo radiactivo no se utiliza para tratar
los carcinomas anaplásicos y medulares de tiroides.
Pequeñas
dosis de yodo radiactivo pueden ser administradas sin
hospitalización. Las dosis terapéuticas
usuales para el cáncer de tiroides requieren 2
a 3 días de hospitalización. Después
de varias semanas de tratamiento, el yodo radiactivo desaparece
del organismo y es posible controlar su eficacia en el
tratamiento.
Para
que el tratamiento con yodo radiactivo sea más
eficaz, los pacientes deben tener niveles sanguíneos
elevados de hormona estimulante de la tiroides (también
llamada TSH o tirotrofina). En el pasado, el único
método para aumentar el nivel de TSH era interrumpir
la administración de las píldoras de hormona
tiroidea durante 1 a 2 semanas antes del tratamiento.
Esto produce niveles muy bajos de hormona tiroidea (un
estado conocido como hipotiroidismo), por lo que la glándula
pituitaria libera más TSH. Aunque este hipotiroidismo
intencional es temporario, a veces es molesto para el
paciente. Actualmente existe una forma inyectable de tirotrofina
que puede aumentar los niveles de TSH antes del tratamiento
con yodo radiactivo y, por lo general, no es necesario
interrumpir el reemplazo hormonal.
Los
efectos secundarios del tratamiento con yodo radiactivo
son infrecuentes pero incluyen sensibilidad en el cuello,
náuseas e irritación del estómago,
sensibilidad de las glándulas salivales y sequedad
de boca, pero sólo en raros casos se produce dolor.
Si un hombre recibe grandes dosis totales debido a numerosos
tratamientos con yodo radiactivo, puede desarrollar infertilidad.
Tanto
los hombres como las mujeres pueden tener un riesgo ligeramente
mayor de desarrollar leucemia en el futuro. Los médicos
no están de acuerdo en lo que respecta a la magnitud
del incremento del riesgo de desarrollar leucemia, pero
la mayoría de los estudios más extensos
informaron que el riesgo es muy bajo y que esta complicación
es extremadamente rara.
Algunas
investigaciones sugieren que el riesgo de leucemia no
estaría aumentado en forma significativa. Se recomienda
a las mujeres en edad fértil que eviten quedar
embarazadas durante un año después del tratamiento,
aun cuando no existen evidencias de un riesgo mayor de
defectos de nacimiento después de este tratamiento.
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